Cuando
Chávez comenzó su mandato, los primeros opositores decían que iba a instaurar
un comunismo, que iba a ser una dictadura, que iba a implementar algo parecido
a la tarjeta de racionamiento de cuba…. Y muchos decían la tristemente célebre
frase: “no vale, yo no creo”.
Poco a
poco, con el paso del tiempo, se ha visto que mucho de lo que se pronosticaba se
fue cumpliendo: se estableció un control de cambio, Chávez perdió un referéndum
pero igual hizo lo que le dio la gana, hay presos políticos como arroz, para
comprar comida hay que esperar el día que te toque en la semana, hay una
escasez brutal, hay mercado negro de alimentos, el partido de gobierno controla
todo, se expropiaron cientos de empresas privadas, hay racionamiento de
electricidad y agua, hay captahuellas en los comercios para controlar quien compra
qué y cuándo, el Gobierno es el que se encarga de distribuir la comida (con los
CLAP), no se puede escoger qué comprar, solo lo que te toque y cuando te toque…
si es que hay. No es exactamente igual al estilo cubano, como se decía que iba a ser, pero a la hora de la verdad aquellos rumores no eran totalmente falsos.
Entonces,
los venezolanos comenzamos a recordar con rabia la maldita frase “no vale, yo
no creo”, y los que la decían aprendieron que cuando el río suena es porque
piedras trae, y que hay que poner atención a los rumores porque tal vez sean
ciertos.
El
problema es que ahora parece que el “no vale yo no creo” cambió a creer absolutamente
todo lo que vemos en las redes o lo que diga cualquier persona en la calle o en
un medio de comunicación, y repetimos como loros o retwiteamos cualquier cosa,
para no caer de nuevo en el “no vale yo no creo”.
Durante
las protestas del 2014, se publicó en redes sociales fotografías de protestas
en otros países diciendo que eran las protestas de los estudiantes. Nadie se
tomó la molestia de ver si el uniforme militar de la foto es igual al uniforme
venezolano, o de ubicar en qué calle o ciudad es la foto; mucho menos buscar
esa imagen en google a ver de dónde sale. No, la gente retwiteaba y compartía
en redes una y otra vez estas fotos. Y los chavistas se dieron cuenta.
Hace poco, con las protestas de Abril del 2015 se han esparcido muchos rumores falsos. por ejemplo: la GNB lanzó lacrimógenas en la entrada de la Policlínica Las Mercedes en Caracas y un bebé resultó afectado, hasta aquí es cierto. Sin embargo, se comenzó a esparcir el rumor de que el bebé había fallecido. Enrique Capriles, en su programa de los martes que se transmite por Internet, desmintió ese rumor y regañó a la gente para que no viralizaran rumores falsos en las redes.
Hace poco, con las protestas de Abril del 2015 se han esparcido muchos rumores falsos. por ejemplo: la GNB lanzó lacrimógenas en la entrada de la Policlínica Las Mercedes en Caracas y un bebé resultó afectado, hasta aquí es cierto. Sin embargo, se comenzó a esparcir el rumor de que el bebé había fallecido. Enrique Capriles, en su programa de los martes que se transmite por Internet, desmintió ese rumor y regañó a la gente para que no viralizaran rumores falsos en las redes.
Los
chavistas siempre se han aprovechado de las debilidades de la oposición. En la
época del “no vale, yo no creo” aprovecharon para hacer y deshacer sin que
nadie, o casi nadie, se diera cuenta en el momento. Ahora, con la manía que hay
de creer en todo, los chavistas aprovechan los rumores falsos que circulan en
la oposición para ridiculizarlos y para confundir.
Cuando
hay un RUMOR FALSO, vemos que en los medios de comunicación chavistas,
ridiculizan a la oposición, haciendo ver que somos imbéciles y creemos en cosas
inverosímiles. Y por otro lado, cuando algo es real y se denuncia, los
chavistas para confundir tratan de hacer creer que se trata de un rumor falso,
comparando esa denuncia de un hecho real, con algún rumor que se haya
demostrado que es falso, dejando a todos confundidos en un limbo donde no se
sabe que es verdad y que es mentira.
Aunque
no tengo pruebas, puedo asegurar que en algunos casos esos rumores falsos son
creados por los propios chavistas para que la oposición haga eco de ellos y
luego salir demostrando que son falsos.
Por
eso, creo que hay que perderle la fobia al "no vale, yo no creo" y tratar de corroborar las noticias antes de esparcirlas como pólvora en las redes sociales. Dudar
de todo en investigar, tratar de verificar las noticias o querer saber más, no es volver a
caer en el pasivo “no vale, yo no creo”, es tener un mínimo de criterio y sentido
común.
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